8M – Día Internacional de la Mujer

En el Colegio de Arquitectos de la Pcia de Santa Fe el Día Internacional de la Mujer siempre tuvo un significado importante para todxs, nunca pasó desapercibido este día para conmemorar la lucha histórica por mejorar la vida de la mujer y de la sociedad en todo el mundo, a nivel local y nacional.

Desde 1975, durante marzo se reivindica a las mujeres, por sus logros obtenidos a través de sus luchas por la igualdad de condiciones y oportunidades en la sociedad, para su desarrollo integral. La fecha elegida para conmemorarlo coincide con un evento en que las mujeres trabajadoras fueron víctimas y protagonistas. Fue el incendio intencional en Nueva York de la fábrica textil Cotton, en el que resultaron calcinadas 146 obreras que habían ocupado las instalaciones en protesta por los bajos salarios y las inhumanas condiciones en que desempeñaban su labor.
El recuerdo de este sangriento origen que tiene la fecha, la cual recuerda un trágico hecho que conmocionó a la opinión pública mundial, nos hace ver que este día conmemora a las revolucionarias pioneras, las indignadas, las migrantes y las que pedían mayor equidad en la vida conyugal y laboral. No estamos festejando. Distintos movimientos se sucedieron en la historia de luchas de las mujeres para lograr derechos como la educación, el voto, etc.
El Día Internacional de la Mujer nos brinda la oportunidad de transformar el impulso en acción, de empoderar a las mujeres en todos los contextos, y rendir homenaje a las activistas que trabajan sin descanso defendiendo los derechos de las mujeres y animando a las mujeres a que nos desarrollemos plenamente, es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de mujeres de a pie que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades.
Las mujeres unidas desde cada lugar y organizadas, debemos luchar por la igualdad por políticas públicas y leyes que ayuden a lograr la igualdad de derechos para todos los humanos. Cambiar años de códigos patriarcales no es ni será fácil, solo creando y aplicando otros sistemas políticos sociales y económicos que apunten a una sociedad más justa para todos es factible lograrlo En nuestro siglo, la humanidad comienza a comprender que los derechos de la mujer son sólo una fase del problema aún más amplio de los derechos humanos, porque allí donde los hombres son víctimas de la explotación e injusticias, también lo son las mujeres.
La sociedad argentina ha avanzado, estamos transitando un momento de la historia en el cual nuestro país es un ejemplo para el mundo, donde cada vez más vamos entendiendo “al patriarcado como una forma de organización social, política, económica y religiosa que se basa en la autoridad del varón y en la dominación masculina sobre la mujer”.
Que “el patriarcado no solo sustenta el machismo y la opresión hacia las mujeres, también sostiene el capitalismo, la discriminación hacia otros grupos según la clase social, el color de piel, el origen étnico o la preferencia sexual que tengan.”
“Los dueños de mundo del dinero de las riquezas saben que el patriarcado es central para la sustentación de los edificios de todos los poderes, de todas las desigualdades”.
Vivimos un tiempo signado por la visibilidad de una realidad cruel de abusos, discriminaciones, un momento de lucha que presenta una reacción a la acción de mujeres que no se subordinan, una reacción violenta, que llega lamentablemente al femicidio. Donde la realidad de los que se creen dueños de la vida y de la muerte muestran los síntomas de lo que consideran su patrimonio su propiedad, la familia y sus mujeres y con un Estado y justicia deficientes funcionales a los códigos culturales.
“Todxs formamos parte y estamos educados por y en el patriarcado y todxs tenemos la responsabilidad de deconstruirnos, replantearnos todo lo que nos han enseñado desde pequeñxs, los roles que nos han asignado, e intentar demolerlos para ser realmente libres”.
Construir nuevas formas de reformular la familia, el trabajo, lo económico, crear basamentos de diferentes vínculos de amistad y solidaridad, son los valores que hay que cambiar como así también los vínculos de la comunidad, visibilizar lo que les pasa a las mujeres los niños/niñas las nuevas formas familiares y elecciones sexuales. Luchar por una sociedad con derechos de igualdad y no discriminación crear y hacer cumplir las leyes necesarias para lograrlo.
Las organizaciones de los arquitectos que llevan en su seno el desarrollo de la Disciplina de la Arquitectura y el Urbanismo herramienta trascendente para construir los espacios físicos donde viven los seres vivos y donde se desarrolla la vida de las especies junto a la vida humana tiene un compromiso y responsabilidad de que esos espacios que se construyen sean para ayudar a la igualdad de clases y el acceso a los derechos de un hábitat digno para todxs. Donde las relaciones de poder entre géneros sean de igual a igual. Actualmente se ha avanzado poco porque como en toda la sociedad estas organizaciones tienen discriminaciones e intereses individualistas.
Por eso no debemos generar modelos de mujeres agrupadas elitistas, sectarias, prejuiciosas, que son comunes en nuestro ámbito, poder resolver situaciones que generen eliminar al que tienen al lado con algunas diferencias, deberíamos ir juntas en direcciones a metas innegociables y con otras organizaciones populares. Ser más comunitarias y no tan individualistas. Porque si no estaríamos repitiendo modelos que debemos dejar atrás.
Tiene que haber un cambio de paradigmas, y no debemos estar estáticas frente a los cambios de la sociedad. No son soluciones simples pero es necesario estar movilizadas unidos como sociedad, con otros vínculos y dejar de deshumanizarnos.
La lucha es en todos los frentes donde actuamos las mujeres, en el ámbito privado y público porque cambiar una estructura de pensamiento no es fácil porque forma parte del esquema político social económico de todos los tiempos de dominación de subordinación. Cada una de nosotros en los distintos colectivos debemos actuar para ayudar a cambiar las estructuras de poder de discriminación de inequidad de injusticia social, transformar la política participando y apoyando los movimientos de mujeres que se agrupan y estructuralmente se revelan ante la injusticia.